Receta de tarta de queso y leche condensada

La tarta de queso y leche condensada es una experiencia culinaria que combina la riqueza de la leche condensada con la suavidad y cremosidad característica de una buena tarta de queso. Esta deliciosa creación se destaca por su textura sedosa, su sabor indulgente y su versatilidad en la presentación. La tarta de queso y leche condensada se presenta con una base de galleta crujiente que proporciona un contraste agradable con la suavidad del relleno. La textura dorada de la base y el relleno cuajado aportan un atractivo visual que anticipa la indulgencia que está por venir. Opcionalmente, la cobertura de mermelada de frutas rojas puede agregar un toque de color y frescura, creando una presentación que invita a ser disfrutada. La tarta de queso y leche condensada ofrece una satisfacción duradera. Su combinación de ingredientes ricos y su textura indulgente hacen que cada bocado sea una experiencia gratificante que deja una impresión duradera. La tarta de queso y leche condensada ofrece una satisfacción duradera. Su combinación de ingredientes ricos y su textura indulgente hacen que cada bocado sea una experiencia gratificante que deja una impresión duradera.

Ingredientes: Para la Base: 200 g de galletas (tipo digestive), 100 g de mantequilla derretida. Para el Relleno: 500 g de queso crema, 1 lata (397 g) de leche condensada, 3 huevos, 1 cucharadita de extracto de vainilla, Ralladura de 1 limón (opcional). Para la Cobertura (opcional): Mermelada de fresa o frutos rojos.

Preparación: Preparar la Base: Tritura las galletas hasta obtener migas finas. Mezcla las migas de galleta con la mantequilla derretida. Presiona la mezcla en la base de un molde para tarta desmontable. Refrigera mientras preparas el relleno. Preparar el Relleno: Precalienta el horno a 160°C. En un tazón grande, bate el queso crema hasta que esté suave. Agrega la leche condensada y continúa batiendo hasta que la mezcla esté bien combinada. Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Incorpora el extracto de vainilla y la ralladura de limón (si lo estás usando). Verter la Mezcla en el Molde: Vierte la mezcla de queso sobre la base de galleta en el molde. Hornear: Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 45-50 minutos o hasta que el centro esté casi cuajado y tenga un ligero temblor. Apaga el horno y deja que la tarta repose en el horno apagado durante 1 hora. Enfriar y Refrigerar: Retira la tarta del horno y deja que se enfríe completamente a temperatura ambiente. Refrigera durante al menos 4 horas o preferiblemente durante la noche. Agregar Cobertura (opcional): Calienta un poco de mermelada de fresa o frutos rojos y extiéndela sobre la tarta refrigerada antes de servir. ¡Y eso es todo! Ahora puedes disfrutar de una deliciosa tarta de queso y leche condensada. ¡Buen provecho!

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